En nuestra cultura, valoramos la puntualidad. Llegar a tiempo a una cita, a una reunión o a un evento es importante para nosotros. Sin embargo, la vida no siempre se desarrolla según nuestros planes. A menudo, nos enfrentamos a contratiempos, imprevistos y esperas. Esto puede ser frustrante y desalentador, especialmente cuando estamos esperando algo importante, como el cumplimiento de una promesa o el logro de un objetivo.

¿Qué dice la Biblia?

La Biblia nos enseña que Dios siempre está a tiempo. Él no está sujeto al tiempo de la misma manera que nosotros. Él ve todo desde una perspectiva eterna y sabe lo que es mejor para nosotros, incluso cuando nosotros no lo sabemos.

En Gálatas 4:4-6, leemos:

Pero, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos. Y, debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre».

Este pasaje nos enseña que el nacimiento de Jesús fue el cumplimiento del tiempo establecido por Dios. Él vino al mundo en el momento perfecto, para cumplir su propósito de salvar a la humanidad.

El obstáculo

A pesar de lo que la Biblia nos enseña, a menudo nos sentimos frustrados cuando las cosas no salen según nuestros planes. Esto se debe a dos razones principales:

Nuestra mente es muy pequeña. No podemos ver lo que Dios ve.

Tendemos a creer que el plan de Dios gira alrededor de nosotros.

Cuando esperamos algo importante, queremos que suceda lo antes posible. Queremos que Dios nos conceda nuestros deseos en el momento que nosotros queremos. Sin embargo, esto no siempre es lo mejor.

La solución

Para confiar en el tiempo perfecto de Dios, debemos aprender a:

Dejar de lado nuestro egocentrismo.

Aprender a ser pacientes.

Confiar en la sabiduría y el amor de Dios.

Conclusión

El nacimiento de Jesús es un recordatorio de que Dios siempre está a tiempo. Él sabe lo que es mejor para nosotros, incluso cuando nosotros no lo sabemos.

Si estás esperando algo importante, recuerda que Dios está trabajando en tu vida. Confía en Él y espera su tiempo perfecto.