La lectura bíblica nos conecta con la fuente de vida, nos llena de sabiduría y nos guía en nuestro camino. Nos enseña a vivir una vida justa y nos muestra el camino hacia el éxito. Como vimos en los pasajes citados, aquellos que se deleitan en la ley del Señor y meditan en ella día y noche son como árboles plantados junto a un río, que dan fruto en su tiempo y prosperan en todo lo que hacen.

Además, estudios demuestran que aquellos que desarrollan el hábito de la lectura bíblica experimentan grandes beneficios en sus vidas. La soledad disminuye, los problemas de ira y amargura se reducen, los malos hábitos como el alcoholismo y la promiscuidad disminuyen significativamente. Sentirse estancado espiritualmente o ser adicto a la pornografía también disminuyen considerablemente.

Entonces, ¿cómo podemos desarrollar este hábito tan importante? Aquí hay algunos consejos prácticos:

1. Establece un tiempo fijo para dedicarte a la lectura bíblica. Elige un momento del día en el que puedas estar tranquilo y concentrado.

2. Comienza con metas realistas. No te presiones para leer grandes cantidades de texto al principio. Empieza con unos minutos al día e incrementa gradualmente el tiempo a medida que te sientas más cómodo.

3. Utiliza una versión de la Biblia que entiendas bien. Hay muchas traducciones disponibles, así que encuentra aquella que te resulte más clara y comprensible.

4. Lee libros completos de la Biblia en lugar de tomar pasajes aislados. Esto te ayudará a comprender mejor el contexto y la enseñanza general de cada libro.

5. Varía tu lectura para evitar el aburrimiento. Alterna entre libros del Antiguo y Nuevo Testamento, salmos, proverbios, etc. La variedad mantendrá tu interés y te ayudará a explorar diferentes aspectos de la fe.

6. Lleva un diario donde puedas escribir tus reflexiones y pensamientos mientras lees la Biblia. Esto te ayudará a profundizar en tu comprensión y te permitirá recordar tus experiencias.

7. Únete a un grupo de estudio bíblico o busca compañeros con los que puedas discutir las Escrituras. Compartir tus experiencias y aprender de otros creyentes puede ser muy enriquecedor.

8. Utiliza recursos adicionales como comentarios bíblicos o diccionarios para ayudarte a entender mejor los pasajes que estás leyendo. Sin embargo, ten en cuenta los sesgos que pueden tener algunos comentarios y busca una diversidad de perspectivas.

Recuerda que desarrollar un hábito lleva tiempo y perseverancia. No te desanimes si al principio te cuesta mantenerlo, sigue siendo constante y pronto verás los beneficios en tu vida.

En resumen, la lectura diaria de la Biblia nos conecta con Dios, nos llena de sabiduría y nos guía hacia una vida exitosa y fructífera. Desarrollar este hábito requiere disciplina, pero con el tiempo se convertirá en una parte integral de tu vida espiritual. Así que comienza este año dedicando tiempo diario a la lectura bíblica y prepárate para vivir un año fructífero, exitoso y próspero.